402. Un hombre de Dios

Fruto de un lugar,
fruto de una historia,
Juan fue un hombre.
Fruto de un llamado,
fruto de una entrega,
Juan fue un santo.


Acción de Dios que se hace vida,
proyecto real de Redención,
para salvar la juventud
a Don Bosco suscitó.

Manos de madre intervinieron
para formar un corazón
de Padre y Maestro, capaz
de una entrega total.

He prometido siempre a Dios,
mi último aliento yo daré,
estoy dispuesto a dar mi vida,
todo por él yo arriesgaré.

Hay un proyecto que me mueve:
Cristo a los jóvenes llevar
para que el Evangelio sea
su camino, su verdad.

San Juan Bosco llegó a mi,
rescató todo lo bueno.
El en mí a Cristo vio,
el mi corazón sanó.

La alegría, el entusiasmo
y las ganas de vivir,
todo en Cristo unificó
y en compromiso transformó.